Cuando mis ojos sean encarcelados por
las estrellas, tocaré una última balada que es acompañada por el
cálido aliento que atraviesa mi camino. Una nube de pensamientos
invade mi razón, pero los impulsos de un hombre pueden ser mucho más
fuertes. Las almas que llevo conmigo no supieron hacer su labor.
Gritaron fuerte mi nombre pero el viento no los oyó. La sangre del
impuro es lo único que podría hacerle frente a mi destino, mas las
palabras flotan en el aire si no les agregan una pizca de verdad. No
es sencillo navegar por el océano que separa los dichos de los
hechos; la vida de la muerte.
A pocos metros puedo divisar a mi
corazón que está correteando por el bosque en búsqueda de mi
sombra. Seis campanadas podrían darle comienzo al renacimiento.
Empiezo a contar de atrás hacia delante, esperando por el último
impacto contra el tambor cuando, de repente, una loba se posa frente
a mí y emite el más suave de los aullidos. Parece estar en posición
de defensa, ya que sus orejas se encuentran aplanadas y mantiene el
cuerpo pegado al suelo, preparándose para atacar en caso de
necesitarlo. No sé si es el miedo lo que me está paralizando, pero
me cuesta hacer que mis músculos respondan. Lentamente, y con
suspicacia, se va acercando poco a poco. Con cada paso que da,
comienza a erguir su cuerpo a la par que el pelaje se le va cayendo.
Aquella loba que le susurró a la luna, ahora se convirtió en una
mujer que me observa fijamente.
Intento hablarle pero las palabras no
ceden, ya que me las roba con cada suspiro que provoca en mi.
Desearía poder verme reflejado en sus ojos, pero lo cierto es que mi
mirada se perdió en ellos desde ese instante en que la conocí. A
medida que pasan los segundos nuestros labios se van juntando como
pequeños barcos hasta desembocar en el mar de su garganta. Por algún
motivo, mi corazón siente un fuerte impulso por unirse con el suyo y
así poder sentir de cerca sus latidos. Una parte de mí se está
desprendiendo para acompañar a su ánima dondequiera que vaya.
De ahora en más quien quiera buscarme
deberá hacerlo siguiendo el rastro de la luna.