Blogger templates

sábado, 12 de diciembre de 2015

Inspiración

El enfrentamiento más importante en la vida de todo ser humano es aquel que se produce consigo mismo, con ese extraño que nos sopla en la nuca mientras observa las campanadas del reloj. El tiempo es oro, pero mi vida no es más que una lágrima que cuelga de un péndulo. No he vuelto a ser el mismo desde que se desvaneció en mis brazos. Desearía poder vivir de los recuerdos, mas su ausencia es la que corretea por mi piel. Fue su amor lo que alguna vez penetró en mi oscuridad y la iluminó a través de un suspiro. Su sonrisa era lo que encandilaba mi historia cada mañana.

Renuncio a dormir porque tengo miedo de conocer mis pensamientos más oscuros, pero con el paso del tiempo los párpados ceden y me sumerjo en un mundo del que no puedo escapar. En mis sueños, me encuentro pronto deambulando en una ciudad sin salida. Corro lo más rápido que puedo e incluso llego a sentir cómo las pulsaciones de mi corazón van aumentando a medida que pierdo el control. Intento gritar, pero de mi boca no sale más que un aullido. Las piernas me pesan y se convierten en cristal. A lo lejos, percibo el sonido de un auto que viene a toda velocidad. No logro girar la cabeza para ver lo que está sucediendo pero sé que en cuestión de segundos, cuando se escuche más y más cerca, me voy a levantar.

Despierto bajo una lluvia púrpura que surge en lo profundo de mis entrañas. En mi interior considero que todos esos sueños son cicatrices que merecen ser abiertas y arrancadas sobre sí. Prometí que iba a cuidarla para toda la vida y, sin embargo, esa noche no pude hacer nada para salvarla. A pesar de todo, debo caminar contracorriente frente a lo que mis impulsos dictan y cargar con la mochila que llevo encima. No es posible entrar a un campo de rosas sin que se dispare ni una sola bala.

jueves, 4 de junio de 2015

Genio y figura hasta la sepultura

Dicen que soy un buen entendedor porque las palabras me sobran, aunque se sabe que por la boca muere el pez. Prefiero comenzar el día con el pie derecho, así que a primeras horas veo por la ventana el vuelo de los grajos. Si éstos vuelan rasantes, se sabe que hace un frío impresionante. Junto con ello, me sirvo el desayuno y empiezo a leer el periódico, que no hace más que traerme disgustos. Hace poco leí una noticia donde entraron a robar a un negocio y se llevaron todo. Mi comercio lo manejamos con mi esposa hace años, no creo que sucedan eventos de este tipo pero prefiero ser prevenido y valer por dos, más porque nadie puede decir “de esta agua no he de beber”, ya que a cada chancho le llega su San Martín y sino pregúntale a Dios, que castiga sin palo y sin rebenque.

Ella me dice que soy un tonto a las tres, pero yo hago oídos sordos. Quizá ponga seguridad algún día de estos, pero con la edad que tengo qué me van a robar, hay que gozar de la fresca viruta y dejar de pensar tanto las cosas. Le encanta buscarle la quinta pata al gato; no hay mal que por bien no venga. De cualquier manera, la mujer y el oro lo pueden todo. Para colmo nuestros hijos abandonaron el nido hace varios años ya. Es algo gracioso debido a que ahora me gustaría tenerlos cerca, se los extraña un poco y se me hacen lágrimas de cocodrilo, pero antes, hace unos años, esos dos hijos más una madre eran tres diablos para un padre como yo.

Encima eran inquietos e indecisos, me volvían loco. Cuando crecieron ya fue otra la cuestión. El mayor es todo un personaje; un alma de cántaro bárbaro que por su ingenuidad pisa todos los palitos. Por suerte se las rebuscó para salir adelante con la empresa de fotografía. Debo admitir que no comprendo mucho de tecnologías y de artilugios modernos, pero igualmente pongo las manos en el fuego que si él dice que eso será el futuro, bienvenido sea. El menor, por su parte, es bastante conflictivo. Le gusta andar sembrando cizaña con medio mundo y lo he visto irse de boca un par de veces y en varias ocasiones lo tuve que ir a buscar a la comisaría por diferentes encuentros que tuvo. En más de una oportunidad tuvo que pasar la noche en blanco, porque si tenés que dormir en un lugar como ese, te la regalo. No quiero que se meta en problemas, más porque al ser joven la muerte lo acecha. Como si fuera poco hay algunos vivos que todavía me dicen: “el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe a gloria”. Es una pena porque es muy inteligente pero por sus malos tratos se siente el último orejón del tarro y eso, para un estudio de abogados, no es nada bueno. Más vale maña que fuerza.

Hay que encontrarle el lado positivo: cuando se fue el más grande, el otro se quiso ir y así maté dos pájaros de un tiro y los mandé a volar bien alto así no se ve ni una nube. Lo que no pasó en un año, pasó en un día. Igualmente, no me hagan caso que acá hay mucho ruido y pocas nueces. Me hago el duro pero tanto a mis hijos como a mi señora, los amo como a nada en este mundo. Tendría que dejar de tirar piedras hacia mi propio tejado porque eso es tema de tontos y de necios. Hay que ser agradecido de la vida, saber divertirse y aprender a amar, porque el amor por los ojos entra, y en el corazón se aposenta. Dondequiera que estés: haz bien sin mirar a quien. Hasta siempre.